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RECETA CON HISTORIA

El Bosco, los alimentos en su obra.

Visitar un museo, observar las innumerables obras que contiene y buscar entre tantas pinceladas los alimentos que de ellos brotan. No encuentro mejor pasatiempo. Y entre tantos, destaca el autor que hoy os presento:

Jheronimus van Aken, el Bosco.

S’Hertogenbosch (Países Bajos) 1450

Su fama póstuma se extendió, más que por su ciudad natal, donde ninguna de sus obras se conserva, por el sur de los Países Bajos, Italia y, sobre todo, España, donde ya en la colección de la reina Isabel la Católica figuraba una pintura de la Magdalena o María Egipciaca, a él atribuida. El Museo del Prado recoge parte de sus obras, sitio a visitar obligadamente.

Se le pueden atribuir entre veinticinco y treinta pinturas, tomando como punto de partida lo que las fuentes escritas le atribuyen de forma coincidente: la creación de un mundo de seres fantásticos y escenas infernales.

No hay que olvidar que la sociedad de la época, bien representada en numerosas pinturas de diversos autores, se puede observar su intrahistoria, con cuadros de alimentos, guisos y viandas. Además, a los artistas les encantaba pintar comida, será por el hambre que solían pasar algunos.

El Bosco, un pintor raro, original y único que deslumbra por su imaginación, su potencia alegórica, su humor macabro y divertido con representaciones simbólicas de su época o su religión.

Sabiendo leer bien, sus cuadros hablan de lo que nos gustaba, lo que comíamos en aquel tiempo, pero también de lo que la comida simbolizaba cuando era escasa, como casi siempre.

Y es que en aquella época la comida era cara y escasa, te podías morir por cualquier cosa, el mundo era un lugar duro y jodido, pero si tenías la fortuna, las ganas y la pasta de darte a los placeres y a la buena vida te esperaba el infierno y las torturas de mil monstruos como retrata mi admirado Jheronimus.

Entre algunas de sus obras se puede observar:

Mesa de los Pecados Capitales

En la Gula se puede observar una escena de interior con cuatro personajes. A la mesa del banquete hay un hombre gordinflón comiendo. A la derecha, de pie, otro que bebe ansiosamente, directamente de la jarra, lo que provoca que el líquido se caiga de las comisuras de los labios. A la izquierda, una mujer presenta una nueva vianda en una bandeja. Aparece un niño obeso, simbolizando el mal ejemplo que se da a la infancia, que reclama la atención de su obeso padre. En primer plano, una salchicha se asa al fuego.


El Jardín de las Delicias

En la parte baja del cuadro se puede observar una fresa, su aspecto es correcto, pero es tan alta como las personas que tiene al lado. ¿Os imagináis una fresa tan grande?

Claro está que nunca hubo unas fresas tan grandes, pero sí nos informa sobre el color o la forma general de los alimentos.


El Carro de Heno

La cabeza de cochinillo que se puede observar en la parte baja-central del cuadro junto con un pescado que parece estar ahumándose y al lado del fuego un caldero de a saber que contiene en su interior.


El Concierto en el Huevo

Diez extraños personajes se reúnen en torno a un libro de canto. Las figuras salen del interior de un huevo como también lo hacen dos árboles y una cesta con alimentos junto a un jarrón de barro.

Los huevos también aparecen en su obra continuamente: huevos sobre cabezas, comiendo huevos, defecando huevos, huevos resquebrajándose, huevos transparentes, gigantes, diminutos…


¿Qué nos quiere decir El Bosco? ¿Qué significan todos esos elementos, esas gentes, esas escenas…?